martes, 4 de enero de 2011

Cuando conozcas a tus héroes...



Siempre me hace mucha ilusión tener la oportunidad de conocer brevemente a algunas de las personas que con su trabajo han ejercido una influencia positiva en mi vida, ya sea músicos, dibujantes, "artistas" en general, o personas corrientes. A veces son gente cuya repercusión mediática los convierte en personajes completamente inaccesibles, y otras veces son personas que pueden pasar desapercibidas (pero por supuesto no por eso son menos importantes).
Si puedo les pido educadamente hacerme una foto con ellos para inmortalizar el momento (de hecho, en mi casa tengo la "estantería de las celebridades"), o incluso hablar brevemente, tan solo para decirles lo mucho que significa su música (o lo que sea que me guste de la persona en concreto) para mí. Jamás les pido autógrafos porque en mi opinión no significan nada en comparación con una foto, un saludo o un apretón de manos.

He tenido la suerte de conocer a algunas de esas personas cuya obra me ha servido de inspiración, ya no para aplicar algo de ellos en tu propio trabajo, sino en tu propia vida, en el sentido de ver las cosas de forma más positiva. Supongo que simplemente quieres agradecer a esa persona la cantidad de horas de felicidad que te ha producido.

Por eso no imagino mayor decepción que conocer a alguno de tus ídolos y que éste resulte ser un completo gilipollas. Porque con la gente que ha tenido una vida "pública" se tiende a caer en la sensación de que los conoces de verdad, ya que te has visto acompañado por ellos en numerosas ocasiones de tu vida, y muchas veces incluso han tenido que ver con tu estado anímico en según qué situaciones. Ese sentimiento de cercanía se convierte en un engaño que en algunos momentos se tiene la desgracia (o suerte, no sé) de poder ver.

Me crucé de casualidad con este vídeo que muestra el ejemplo perfecto de situación de encuentro entre fan e ídolo y decepción que la cámara capta de forma instantánea. Hay que decir que el video que os voy a mostrar no puede entenderse fuera de contexto. Lo que tampoco vamos a hacer es juzgar mal a alguien para siempre por lo ocurrido aquí. La gente tiene días buenos y días malos.

La situación es la siguiente, nos encontramos en un meet and greet (para el que no lo sepa, se trata del término empleado cuando se organiza un breve encuentro entre algunos fans con los músicos de la banda que han venido a ver) entre la banda más famosa de Metal Progresivo, Dream Theater, con sus fans de Brasil. Aunque en aquellos momentos nadie lo sabe, se trata de los últimos conciertos que dará con ellos su miembro fundador y líder: Mike Portnoy, tras una salida que ha causado mucha polémica y tristeza.

A partir del minuto 3:00 tiene lugar el encuentro del grupo con los fans. Se puede apreciar la alegría de todos ellos al poder verse ahí tan cerca de sus ídolos, en contraste con la frialdad y seriedad del resto de miembros de la banda, a excepción de Portnoy, que parece ser el único que interactua con sus seguidores. El cantante James Labrie (4º empezando por la izquierda) está demasiado ocupado mirándole el culo a la chica que se ha puesto delante para hacerse la foto, John Myung (bajista, 1º por la izquierda9 permanece como siempre, cruzado de brazos, inexpresivo sin mostrar claros signos de enfado o alegría. Jordan Rudess (al lado de Myung, calvo y con perilla blanca) mantiene su postura educadamente. Llegamos a John Petrucci (camiseta blanca 5º por la izquierda, uno de los guitarristas más virtuosos y respetados dentro del panorama prog-rock moderno). Tiene las manos en los bolsillos en actitud de importarle una mierda lo que está ocurriendo.

En el minuto 3:04 fija la mirada en la guitara de un chico que ha traído ilusionado, probablemente para que su deidad Petrucci se la firme. 3:05 el chico en cuestión es consciente de que Petrucci se ha fijado en su guitarra. El chico se acerca ilusionado hacia su ídolo, ofreciéndole su guitarra a la espera de algún comentario, pero lo único que obtiene es la mirada impasible y el rechazo de un Petrucci cansado y aborrecido . El chaval automáticamente se da la vuelta y se sienta con los demás para hacerse la foto, pero sin poder disimular su cara de asombro. Si uno vuelve a ver el vídeo y se fija en los demás fans expectantes ante la reacción de Petrucci, todavía se puede ver más claramente las caras de decepción. Volver al minuto 3:05 y fijaros en un chico que está detrás de la chica a la que Labrie ha echado el ojo, que tiene una camiseta blanca y una mochila a la espalda. Espera ansioso y con una sonrisa de oreja a oreja la respuesta de Petrucci. Concretamente en el minuto 3:09 no puede disimular su cara de completa y total decepción.

Un poco más adelante, en el minuto 3:46 durante las firmas de discos, Portnoy conversa con un fan, mientras Petrucci con la mirada completamente perdida en un punto imaginario, ignora a un chico que hay delante de él, que opta por no darle el libretillo del disco para que se lo firme, ya que al parecer se da cuenta de que Petrucci se encuentra limboiro en otra galaxia.

Para que una decepción de estas características no te impida poder seguir disfrutando de su música, es muy importante saber separar la persona de su trabajo. En relación a este vídeo, tuve un encuentro bastante surrealista con los DreamTheater. Fue durante un Lorca Rock, nos fuimos a buscar un lugar apartado para poder miccionar con tranquilidad, cuando de repente me dí cuenta que estábamos detrás del escenario. Vimos prácticamente todo el concierto de los Dream Theater desde el backstage, y al terminar (jamás lo olvidaré) todos los miembros de la banda pasaron por nuestro lado, e incluso James Labrie me saludo con un gesto de reverencia (todavía no sé si me confundió con alguien conocido o algo). Como curiosidad, añadir que minutos más tarde tuve ocasión de hablar brevemente y hacerme una foto con Sir Steve Harris, que se portó como un caballero, pero que imagino que más tarde causó el despido de alguno de los miembros de seguridad. Tengo bastante anécdotas de este estilo, que ya contaré en alguna ocasión.

En definitiva, no hay que idealizar demasiado a nuestros héroes, pues se tratan de personas normales y corrientes como nosotros, cuya actitud en ciertos momentos dependerá de muchos y diferentes factores.

Por cierto, ¿qué habrá sido del fan al que Roger Waters escupió a la cara?...sin quererlo se convirtió en inspiración para la creación de uno de los discos más emblemáticos en la historia de la música, por lo que tal vez debería reclamar algún tipo de aportación económica en base a derechos de autor ¿no?

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